viernes, 3 de junio de 2016

La Política


Liberal combatiente, Porfirio Díaz destacó al enfrentar a los conservadores y a sus aliados franceses, durante el periodo de la intervención y el Segundo Impero. Al caer el efímero Imperio de Maximiliano (1857), los conservadores quedaron política, militar y económicamente derrotados, y los liberales asumieron el poder sin mayores complicaciones. Tenían ante si, un país devastado por la guerra. No obstante estos grandes retos, los liberales, lejos de actuar unidos para hacer frente a las adversidades, se dividieron.

Los principales protagonistas del grupo liberal (Benito Juárez, Sebastian Lerdo de Tejada, José Maria Iglesias y Porfirio Díaz) se sentían con méritos suficientes para asumir la presidencia del país, y una encarnizada lucha por el poder se registró entre 1867 y 1876. Porfirio Díaz figuró como un protagonista al llevarse en armas por dos ocasiones: una, en 1871, en contra de la reelección del presidente Juárez mediante el plan de La Noria. Al morir Benito Juárez, en 1872, una nueva disputa por el poder se registró, saliendo victorioso Sebastián Lerdo de Tejada. Al intentar este reelegirse, en 1876, Porfirio Díaz se levantó en armas, por segunda ocasión, ahora con el plan de Tuxtepec, resultando vencedor.



El argumento esgrimido por Porfirio Díaz para justificar el desconocimiento de los poderes constituidos fue, en sus dos pronunciamientos armados, "la ambición desmedida" de dos de los hombres a perpetuarse en los cargos
En 1876, al levantarse en armas con el plan de Tuxtepec, Porfirio Díaz propuso como "Ley Suprema" de la nación el principio de la no reelección del presidente y los gobernadores; además, aseguro que en ningún momento aspiraba perpetuarse en mando.
Pero no cumplió, al asumir por segunda ocasión la presidencia de la República en 1844, se reeligio de manera permanente hasta que una nueva revolución, la de 1910, que lo obligó a renunciar y dejar el país.

La reelección constante de Porfirio Díaz lo hizo ser el hombre más importante de México por un espacio de 30 años.

A nivel político, Porfirio Díaz logró controlar las elecciones, y sólo fueron electos presidentes populares fieles a su persona. El control de los procesos electorales hizo posible en buena medida, la estabilidad política que caracterizó al Porfiriato. Ministros, gobernadores y diputados se perpetuaron en sus cargos.
Como resultado, la población respondió con apatía e indiferencia, pues las elecciones, con el correr de los años, lejos de expresar la opinión de la ciudadanía expresaba la voluntad del poder. Por ello se dice que la democracia fue "ficticia" por su permanencia indefinida en el poder, al finalizar, el régimen porfirista era un gobierno gerontocrático: la edad promedio de ministros, senadores gobernadores era de 70 años.









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